Seguramente ya has escuchado el nuevo término vinícola de “vinos boutique”, pero, ¿sabes qué características tienen estos vinos?

El término boutique hace alusión a las pequeñas y exclusivas tiendas francesas que vendían artículo de lujo, y del mismo modo se aplica a los vinos y a las bodegas que los producen. Son bodegas con un menor número de hectáreas y por lo tanto con una menor producción, pero no se limita a esto, las bodegas boutique combinan la experiencia del enoturismo combinando las experiencias gastronómicas novedosas con la cultura del vino y un ambiente exclusivo.

Otra característica importante es que el proceso de plantación, producción y elaboración es manual y artesanal, obteniendo desde vinos jóvenes hasta algunos de reserva y alta gama con 15 y hasta 22 meses de guarda.

La producción anual para este tipo de bodegas oscila entre los 100,000 y los 120,000 litros, no más de 200,000 botellas. De ahí que sean tan exclusivas, algunas incluso denominadas vinos de autor o ediciones limitadas pero no necesariamente más caras, en especial si se toma en cuenta que gran parte del precio del vino en general deviene del transporte del mismo.

Los vinos boutique no son exclusivos de paladares muy educados o grandes conocedores, lo más importante al escoger uno de estos vinos es tener en cuenta que es lo que nos gusta y probarlos para determinar si serán de nuestro agrado.

Finalmente, los vinos boutique son una excelente opción cuando queremos sorprendernos o probar cosas diferentes y sobre todo, nos enseñan a apreciar el proceso de vinificación artesanal y el lujo que conlleva disfrutarlos, no tanto por su precio, si no por el esmero y dedicación con que son elaborados.